Minuto de gracia, de Hebe Dileo

Pronuncié tu nmbre. Tu mirada cayó rodando desde algún cometa y se metió en la celda de mis ríos. Planos aéreos nos cobijaron en la sombra y la intemperie. Y me nombraste con sonido de majadas y de anillos. Tu fatiga es como la piel del alba, dije, mientras ángeles cubiertos de mortajas entreabrían puertas. Nos abrazamos. Y fue un incendio de catedrales, murallas de jazmines rompiendo el tiempo.

No hay comentarios: