" ", de Jorge Dietsch

No hay premio
Tal vez algún poema
tirado
y escrito
sobre el papel
de la porción de pizza
con un resto
                  de muzzarella
justo sobre la palabra
No

Algún día el mar
romperá todo
y sólo
quedarán
los barcos
y las piedras
rotas
y los acantilados
en astillas
               dejando
aisladas
(lo dice la palabra)
pequeñas islas

y los barcos
flotando
en el invierno

Algún día
algún invierno
flotarán los barcos

Algún día
se partirán
las piedras

Algún día
el hombre
cerrará los ojos
para no ver
semejante
                 rebeldía

Decepciono siempre
o acaso
esta máscara
se me dio
de manera
                 equivocada
y desde entonces
me esfuerzo
por llevarla
Porque
uno
al fin
le toma un poco
de cariño
y le da pena
dejarla
abandonada
en una esquina
junto a un montón
de botellas vacías

Es tan frágil
                    esto
de estar sostenido así
tan sin sosiego
es esto
de estar así
sostenido
tan frágil
es

Son hilos
sólo delgados   desgastados hilos
que se cruzan
                      y entrecruzan
y que todo lo confunden
como dijo aquel
pequeño príncipe

y que están siempre
a punto
             de cortarse
y no lo hacen
o sí

Te estoy mirando
desde adentro de mi cuerpo
a través de esas
pequeñas
               claras hendijas
solemnes rajaduras
de una celda sin nombre
o con un nombre
que de tanto escribirlo
en el piso
en las paredes
                       rugosas
                       incoloras
                       grises
tirando al negro

un nombre que a veces
parece borrarse
al lado de los otros
nombres
y frases
                   palabras
que han servido un poco
para armar, inventar,
un mundo
                o una historia

Te estoy mirando
desde adentro de mi historia
a través de esas
pequeñas
               claras mentiras
inventadas para creer que soy
un poco más
sólo un poco más
que nada

Te estoy mirando
desde adentro
de un poco o de algo
más que nada
ahora
porque mañana
de ese poco
sólo quedarán
                       estas palabras

Un sonido
                 de tempestades
y de fiebres
reposa
sobre las cuatro
patas de una mesa
y los vasos
el sifón de soda
a medio llenar
o vaciar
Todo               todo
una naturaleza
                        viva

Huele a sal
Hueles a sal
                    de mar
como algas pintadas de blanco
a pájaros blancos
                            hueles
a casco
de barco abandonado
a bandera desflecada
por el viento
Hueles a huracán
a viendo del sur
a sudestada

A escaleras largas
que escarban lentas y estrechas
el fondo
buscando
               el agua

Como un barco
sin mar
para que me jueguen
los niños
tumbado y solo
en esta orilla del mundo
esperando

y hoy que ellos
me trepan
                como hormigas
siento que el único sentido
de haber vuelto
es estar aquí
                    tumbado
permitir que se trepen
y esperar con ellos
que suba la marea

De petreles
y de pájaros se habla
de los que vuelan
tan lejos
que no se ven más
hasta que no vuelven
De los que estuvieron
tan cerca de Dios
y no dicen
ni una sola palabra
Ni un gesto
algo que explique cómo
por qué sendero
seguir buscando

Que no puedan
las sombras de la muerte
cubrir tanto espacio
tanto jardín acumulado
al sol
Que no puedan
ni acercarse
que ya bastantes sombras
han dado
la luz
y los profetas

Voy despacio
hacia adelante
recogiendo algunas cosas
que he perdido
No miro  hacia atrás
porque sé
que algunas veces
cuando de reojo
se me escapa la mirada
tengo luego        un gusto
muy salado
en la piel
                y los labios

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